¿Qué es Pnaklendorf?
Pnaklendorf responde a la idea de arraigo teosófico original que tenía Clark Ashton Smith de Ubbo-Sathla, solo que Pnaklendorf es su aspecto pasivo/femenino. Encarna el zeitgeist geológico, aunque también puede ser la Tierra misma, siendo eso un punto de vista válido al entroncar con una faceta de la Magna Mater común a ciertos cultos, siendo un ejemplo de ello el de la Kybele frigia.
A nivel de panteón, Pnaklendorf es un primigenio femenino que comprende todo lo previamente dicho. Como tal, carece de forma, pero tomen en cuenta lo que trato de decir cuando afirmo que es la encarnación de la Tierra misma.
A nivel de lugar, Pnaklendorf es un país dentro de las Tierras del Sueño: el País de Pnaklendorf. Es sabido que las Tierras del Sueño, en la Yog-Sothotería lovecraftiana, guardan relación con el centro de la Tierra, con lo que hay bajo ella. Por esa razón, el País de Pnaklendorf es un concepto que ha sido introducido por varias escuelas esotéricas a lo largo de los años. Algunos lo llaman Agartha, otros Shamballah, y es sabido que hay personas que afirman que existen accesos a esos reinos subterráneos en el planeta.
Ya en la ficción, Lovecraft hace algo similar con K’n-yan, presentado en el relato “El túmulo”. Como no podía ser de menos en el culto venusino, el País de Pnaklendorf se encuentra “al oeste del Dylath-Leen y más allá del río Skai, en el útero del Monte Lerion”.
La razón por la que el País de Pnaklendorf se ubica en un útero tiene varios motivos, personales y narrativos. Uno de ellos es precisamente que encarna el papel de diosa y de la Mater Terrae: dentro de ella se gesta todo lo que es y será. Luego están los motivos personales, conectados con mis sueños recurrentes sobre ese país —algunos lúcidos, otros no. Claro, todo esto desde un punto de vista onírico: no se trata de un misticismo o de algo esotérico; los sueños, sueños son.
En mi ficción, Pnaklendorf juega roles importantes en relatos como la leyenda de Los Heraldos de la Penitencia, un culto que la adora dándole una interpretación “más carnal”, pero sin lugar a dudas, donde más se ejemplifica lo que es a nivel de “Mitos” es en La máquina bajo nuestros pies.
Luego están los relatos de Yuke Kabula, como El ánima de la máquina, que exploran la naturaleza “alienígena” de la diosa.
Pnaklendorf es el nombre que le dan los Soñadores —personajes comunes en la ficción de los Mitos—; otros se refieren a ella meramente como Magna Mater, como en el caso de los cultos y los Heraldos de la Penitencia. Tampoco se referirán al País de Pnaklendorf con ese nombre, sino que optarán por nombres de reinos subterráneos esotéricos como Agartha, Shamballah, K’n-yan, etc.
Todo esto guarda mucha relación con la inoculación memética a la que se es sometido al leer el Liber Veneris, escrito por el poeta Reccaredus Anatolius Magnus.